EL OFICIO REAL DE UN POETA
Despojado de la
angustia del reconocimiento y vestido de alucinaciones irónicas, el Chino
Valera Mora escribió poesía venezolana sin prejuicios ni tacha ni enmendadura.
Sin miedo al ridículo, a la persecución, al señalamiento o incluso al abandono,
dejó testimonios de una época trastornada en frases aparentemente desordenadas
pero tan reales, tan vívidas y convulsionadas como pueden llegar a ser los
propios pensamientos. Supo cómo transmitirlos y hacerlos sentir. Único e irrepetible,
como se dice, su voluntad de acero desmoronó toda norma social establecida a
través de la palabra irreverente y soñadora, tanto cuando hablaba del amor como
cuando lo hacía de la política, de los amigos, de las ganas de vivir en un
mundo mejor, de la revolución...
EL
MARTILLO DE LOS UTÓPICOS
El socialismo no existe
pero de que vuela vuela
El capitalismo sí
y hay que matarlo
PUNTOS SOBRE LAS iiiiiii
En este país las putas no son
algunas mujeres desgraciadas
por el execrable sistema
En este país las putas son
y han sido hombres honorables
y larga es la nómina
COMIENZO
La lucha de clases. Los grandes monopolios imperialistas.
Los malditos muñones de la generación del 28
que tanto daño nos han hecho.
El policía del parque, los enamorados están
en la posibilidad de iniciar el terrorismo.
El recuerdo desde la llanura, caballo
llorando sangre recomenzada. Triste cuestión.
Este asunto de llevar una guitarra bajo el brazo.
La libertad de morirse de hambre doblemente.
Aquiles el escudero de la ternura
últimamente se ha dado muy duro en el alma.
Esto nos obliga a hablar
el más terrible de los lenguajes.
Hacer de la poesía un fusil airado, implacable
hasta la hermosura.
No hay otra alternativa,
la caída de un combatiente popular
es más dolorosa que el derrumbamiento
de todas las imágenes.
Cuando el pueblo tome el poder, veremos qué hacer,
mientras tanto sigamos en lo nuestro.
Del poemario Canción del soldado justo
(1961)
Y en ese mismo orden
de ideas, he escuchado decir que no se puede hacer revolución sin una cuota de violencia:
sin armas, -se refieren a las armas de fuego-, y no puedo dejar de preguntarme
¿qué diría el chino de esto? ¿qué pensaría? Cuando con su pluma dejaba en el
papel, como armas, palabras que también escupían fuego, un fuego que no es que
asesina sino que taladra la conciencia de los necesitados (y los no tanto) de
un profundo cambio de estructura construido con eso, con palabras, con amor,
con rabia y con un poco de utopía.
RELACION
PARA UN AMOR LLAMADO AMANECER
En la galaxia espiral de Andrómeda existe
un florido planeta donde los ríos no ahogan el mar
Donde fuego y hielo queman las contradicciones
Donde no hay necesidad de regreso
Donde 0 x 0 es más que el infinito
Donde los puntos cardinales son más de 100 millones
Norte y Lia Sur y Símbolo Espliego y Araceli
Miguel y Adriana Orfeo y Atabal Cedro y Valquiria
Misterio y Prodigio Neón y Asfalto Rosa Ercilia y Dionisius
Antonio y Elena mis pobres padres mis pobres Virreyes de Indias
Mi viaje a Europa Este y Adelfa Oeste y Clavicordio
Donde todos viven en éxtasis
Donde nada ni nadie es vil
Donde el sol es anillo y ritual de bodas
Donde somos ráfagas de luz y nos desplazamos en silbos
Un planeta limpio y pulido
Donde los enamorados viven en palacios flotantes
Donde Dios tiene un puesto de revista mal atendido y mata el
tiempo hablando del pasado
con Buda y Mahoma y el Vendedor de verduras de la esquina
y la gente ya los conoce y la gente cuando pasa dice
"esos cuatro vagos son panita burda"
Donde el hijo de Dios y los ángeles del desenfado
beben el aire de las avenidas sobre sus motos trepidantes
Donde no hay academias militares ni policías ni cárceles ni
monedas
Donde somos sabios
Donde somos buenos
Donde los últimos insidiosos
escaparon por un túnel y cayeron al vacío
Astro paradisíaco amado y defendido
por francotiradores y poetas
Donde la muerte está de capa caída
Donde los hombres son gentiles
Donde las mujeres son ramos de jacintos
de labios y de ojos cambiantes de colores
Un astro moderato cantabile
Donde la noche es vino y alegría hasta el amanecer
Su capital es una ciudad resplandeciente llamada Estefanía
Donde tú tienes señorío
Donde eres reina
Ese planeta es mi corazón errante.
Del poemario Amanecí de Bala
(1971)
Miyó Vestrini dijo en
una oportunidad que, "Empuñaba la poesía como un fusil, porque pensaba que
la revolución, cualquier revolución, debía hacerse en nombre de los
poetas"1. Y así fue su participación: íntegra aunque poco conocida fuera
de nuestras fronteras. Por ello escribiría Manuel Bermúdez que "De todos
los poetas contestatarios, ha sido Víctor Valera Mora el que ha nutrido más a
la Revolución con su palabra, sin cobrarle un centavo, ni mucho menos vivir a
costa de ella". Se refería a esa revolución vivida en los sesenta, que le
sigue a la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez y continúa con una serie de
alzamientos que agobian a los gobiernos de Betancourt y Leoni. Se instala el
Puntofijismo y la más salvaje dictadura del capital junto a la "nueva
democracia". Como consecuencia, ser de izquierda era ser
"terrorista". Es que el chino Valera no vivía ajeno de lo que a su
alrededor sucedía. Extremadamente sensible, su espíritu se fundía con los
trances sociales que se vivían en Venezuela por esos años y también con los del
planeta. A la hora de escribir, lo hacía sobre "el mundo en redondo",
y como diría el poeta cubano Luis Suardíaz, sobre "las tensiones políticas
en los dos hemisferios, la historia de su país, el despojo de las mayorías, la
enajenación de los que viven por sus manos (...) [Su poesía] expresaba la
angustia de nuestra época y sabía juntar la ironía y la ternura como
pocos"2.
TENDRÁ
QUE SER ASÍ
Sinuosos tiempos, estaciones, caminos que nos tocan,
propicios para el heroísmo más completo
o para guardarnos como cautelosos erizos.
Tempranamente fuimos aventados al margen de las cosas más
simples y necesarias,
clavados con alambradas alrededor de nuestra sangre
y candados en la boca para oscurecernos.
No tenía remedio
la vida atada a lo melancólico.
Terribles días.
Pero recoge las páginas donde los enamorados escriben cortando
con navajas,
revisa los libros
busca en las grandes piedras talladas y en los manuscritos del
mar,
desde Gutemberg hasta las dos Declaraciones de La Habana
busca, acumula, reúne, clasifica,
sal a la calle con balanza y metro, pesa y mide
blanco y negro, amor y olvido, agua y fuego,
filo geográfico y campana celeste.
Al final todo más claro.
Bañamos nuestra cabalgadura solo una vez en aguas del mismo río.
Camina a paso de monte y hazte amigo del viento
que llevará los pesares al sitio de tu arrebato.
Que los solitarios no te enfaden, pero resuélvete en multitud.
Habla lo necesario con la gente sencilla
y a su lado vive con ardor.
A los soberbios embóscalos, tírales por mampuesto.
Si nada tienes llénate de coraje y pelea hasta el final.
No te amargues.
Agarra a la amargura por los cuernos y rómpele la nuca
y si la muerte te señala, sigue cantando
y en el primer bar que encuentres pide un trago de viejo ron
y bébete la mirada de la novia y bébete su risa
y la proximidad de su cadencia y el saludo de su cabellera.
Bébete la vida.
No hay que dejar que el camello de la tristeza pase por el ojo
de nuestros corazones
Del poemario Canción del soldado justo
(1961)
Es así que el papel en
blanco era como el campo de batalla donde el chino iba confeccionando -quizá
sin saberlo- una revolución; inventando nueva artillería poética, sangrante a
veces, terrible otras, atormentada en esencia y con una osamenta hecha de amor
y divino delirio. Por eso detestaba a los aduladores, fariseos de la vida que
andan sin rumbo esperando el más mínimo descuido para hacer leña del árbol
caído. Tal vez el halago fácil le hacía
sentir vergüenza del hambre de otros, de su propia miseria, de la injusticia
padecida por los desposeídos del mundo, del descaro y del cinismo. Su
militancia política fue la poética y su poética fue él mismo: su autenticidad.
Defendía el oficio al que se había entregado con una intensidad y una sonrisa perenne:
"Aún en medio de las más terribles tormentas
siempre he optado por defender
la dignidad de la poesía
Volverla a sus orígenes
A su deslumbrante cuchilla de muchos filos"
Fragmento del poemario Amanecí de Bala
(1971
"Su risa
celebraba, pero también castigaba: tenía mucho de flor y mucho de cuchillo"3.
Y en su defensa lo arriesgaba todo: su
reputación, su gloria, su dignidad, si era necesario. Riesgos que prefirió
compartir con sus amigos-colegas la mayor parte de las veces y, otras tantas,
correrlos en la más brutal de las soledades. Sin embargo, compartir era su
norte. Dar y recibir, hasta "con los bolsillos flacos de mucho derrochar
su pobreza entre los amigos, a los que trasnochaba en la fiesta y en la soledad
con sabor a ron y a lagrima"4. Los amigos poetas de la Pandilla
Lautréamont, los de La República del Este, los de las noches enloquecidas de la
"cariñosa" Sabana Grande lo recuerdan llegando siempre con los
papeles bajo el brazo -aunque su afinada memoria no los necesitara-, dispuesto
a tomar parte de la conversa y a batirse a duelo con el destino. Recuerdan que "...ostentó
el dominio válido de la risa, el salvaje silencio, el aire descargado, la
miseria aplastante. [Él], (...) El poeta humano, el sensible, el boxeador más
elegante, el jugador de billar, el espacioso adivinador de los corazones
contrariados, el de las dificultades y contratiempos, el misterioso, el no convencional..."5.
Así era víctor Valera Mora.
AL
ROJO VIVO
Porque jamás fuimos alegres
ningún amor pudo hacernos bondadosos
pero dónde está la causa
Sean los vientos alisios del sureste
que barren la extendida piel de tierra firme
me niego a creerlo
Sean bastardos los tres árboles de la sangre
escupo y niego semejante acusación
Es el hambre sistemática la ultrajante pobreza
la camada de perros que nos patean el corazón
empujándonos hacia la miseria más espantosa
Si ayer éramos pequeños y confundidos
si fuimos violentados si cuatro años de fuego bastan para
hacernos hombres
entonces somos justos y es una locura decirle adiós a las armas
cuando podemos levantarnos más al toque la corona de los
déspotas
por voluntad de esas mismas armas
En septiembre de 1964 Venezuela crepita al rojo vivo
y el poeta saluda a sus camaradas combatientes.
Del poemario Canción
del soldado justo(1961)"No hay que olvidar [dice uno de los de la dionisíaca
Pandilla Lautréamont, el poeta José María Barroeta] que durante su intenso
peregrinaje entre nosotros, Víctor Valera Mora presentó una inobjetable imagen
de soldado de la poesía, imagen que sostuvo y festejó con el desenfrenado
coraje de su lenguaje y de su vida. La poesía morada de origen y presente,
tormenta, futuro interminable, fue asumida por encima de otras pretensiones, alentada
siempre por un verso de Una Temporada en el Infierno, que el chino hizo suyo y
que repetía con el encanto de quien se sabe ganado por el testimonio y la
utopía: "hay que reinventar el amor"6.
TEORÍA
Y SOLFEO
Cuando amo despejo las terrazas
La noche es el sol contenido en los huesos de las bestias
muertas
Mis espaldas hendidas por la mecánica celeste
En tu cuerpo me tenso como un arco y derribo las puertas y
estallo en las alturas
y la rama dorada se me ofrece
Voy hasta el fondo
El asunto es de pura animalidad
Somos tú y yo y la poética.
Del
poemario Amanecí de Bala(1971)
Por el viejo boulevard
de Sabana Grande se paseaba el Chino con los amigos poetas caraqueños. Aquel espacio
de reunión de las artes capitalinas cuyos límites permeaban las más disímiles situaciones
de atrocidad social que alzaban la copa junto al dios Baco para olvidar de
tanto en tanto su miseria y desencanto. La plasticidad de sus fronteras
definían a aquella Sabana Grande como el eterno templo del bacanal y los
impudores, pero
también de las ideas compartidas en instantes precisos de rigurosa lucidez. Así
es que el Chino deambulaba por los bares de la época -El Halászo Macska, el
Gato Pescador, el Nerone, el Viñedo, el Veccio o La Bajada-, donde muchas veces
materializó su imaginería nunca olvidándose de la "extravagantelocura"
de su oficio.
MAS
QUE HOMO LUDENS
Esa rosa atravesada en la conversa
puede ser el anuncio o el destello
lo digo yo que he pasado y visto pasar
terribles situaciones
Entonces
si la poesía no es hecha por todos
el asunto de los llamados buenos poemas
está en que los seres y las cosas
inmediatos al poeta sufren la tragedia
Por eso el desamparo y el terror
de semejante aventura.
Del poemario Amanecí
de Bala(1971) El testimonio de Carlos Noguera nos revela aquel mundo de esta
manera: "Sabana Grande, la comarca bohemia se nos ofrecía como una vestal
todavía tímida, seductora como una amante dormida, reclinada con abandono sobre
las madrugadas del valle. Éramos, por el contrario, nosotros, los poetas, los delirantes,
los artista, los revolucionarios por decreto propio quienes alterábamos su
respiración con la estridencia, la furia y la dicha petulante a la que sólo se
condesciende en la temprana juventud. (...). Debió ser en el Viñedo donde conocí
a El Chino, pero cuando me doy a la tarea de recordarlos, son otras las
guaridas que evoco. El divertido La Bajada, hoy convertido por desgracia en una
cueva infame evadida por los poetas. Y, sobre todo, el Chicken Bar, (tambien
conocido como Bar B.Q), un café-restaurante con pretensiones de pastelería y
salon de té donde, se me antoja ahora, tanto El Chino como el resto de la peña
debíamos lucir un poco fuera de paso. En ese escenario y tensó su arco de vida
el grupo, a que en algún momento del año 69 bautizamos con el ambicioso nombre
de Pandilla Lautréamont.
Los pandilleros
materializábamos una manada diversa, cohesionada, pienso, por la lealtad sin
pregunta queprovenía de la pasión al arte, las utopías compartidas y la
amistad. Víctor Valera Mora, Mario Abreu, Caupolicán Ovalles, José (Pepe)
Barroeta, Ángel Eduardo Acevedo, Ramiro Najul, Luis Camilo Guevara y quien le
escribe, integrábamos el núcleo fundador y, en cierta manera, permanente. Pero
a él se le acercaban por una noche o por una pasantía de semanas, poetas y
poetizas, actores, magos, parias y alucinados, profetas, brujas y sacerdotisas
de todo pelo y encaje que compartían el afecto y la absoluta admiración que,
como poeta y ser humano "vallejiano", el Chino, a contra-corriente de
las buenas conciencias de la época, suscitaba en todos"7.
HASTA
CUÁNDO
Hasta cuándo seguir gritando a esa gente
que el rey y la reina yacen bajo tierra
Hasta cuándo seguir gritando que no cedo en hipoteca mis sueños
Hasta cuándo seguir gritando que soy incorregible
Hasta cuándo seguir gritando que no reniego de mis actos
Hasta cuándo seguir gritando que nada de lo que tengo
está en venta ni quiero que ningún imbécil corte la soga
Hasta cuándo seguir gritando que no cumplo mis deberes en la
tormenta
Hasta cuándo seguir gritando que no exijo futuro
Hasta cuándo seguir gritando a esta gente que me son
despreciables
Hasta cuando seguir gritando que estoy
con los que no tienen la razón porque la tienen a mares llenos
Hasta cuándo seguir gritando que jamás abandonaré mi capa de
insurgente
Hasta cuándo si desde siempre mis cartas están sobre la mesa.
(1967)Y por su parte,
Eleazar León recuerda: "Cualquier atardecer de los años setenta o inicios
de los ochenta podía verse al Chino Valera Mora en una esquina o calle de la
otrora amable Sabana Grande. Vestía siempre de guayabera (verde agua, blanca,
beige, azul) y estaba ahí recorriendo sus pensamientos, sopesando sus sentimientos,
contemplando los rostros a su paso, admirando las
mujeres que pasaban. Luego del saludo que mostraba
calidez, contención y efusión, se llevaba una mano a uno de los bolsillos de la
guayabera y decía: toma, léete esto, y aparecía en papel doblado, casual de
caligrafía desenfadada, como el tono de sus palabras. Se trataba de los Setenta
poemas stalinistas o Del ridículo arte de componer poesía"8.
RITORNELLO
Hoy amanecieron bien hermosas las mujeres
Hermosas amanecieron todas las mujeres hoy
Hoy es un viernes de hermosura
y yo ando loco de contento de este hoy
porque voy a hacer el amor con la más bella
de todas las hermosas mujeres de hoy
SABER
A QUÉ ATENERSE
A estas alturas de la existencia
quien me quiera pasar
para la democracia representativa
le voy a meter un panfleto por las narices
para que sepa cómo se bate el cobre
en las pailas más luciferinas
EL AMOR LOCO
Uno ama a su novia Es decir yo amo a mi novia
Si el malentendido anda al acoso digo yo amo bastantote a mi
novia
Yo soy el giro que gira con sangre y carne y huesos
y plumas doradas alrededor del sol de mi novia
Satélite que de mi novia soy yo y mi novia es bien bella
y bello es quererla
Así como la quiero de elegante y hermoso que soy
en seis días hago a mi novia y el séptimo no descanso
porque la sueño
y hablando como los cuerdos me veo
tan jilacho
y tan majincho que todo yo mismo me doy risa.
Del poemario 70 poemas stalinistas
(1979)